SANTA FAZ

Desde los principios de la fundación de la Orden del Espíritu Santo, estuvo muy arraigada la devoción a la Santa Faz del Señor.  Buscando en los orígenes de esta devoción no dudamos en afirmar que procede directamente del propio fundador Beato Guido de Montpellier.

El espíritu de Guido había penetrado hondamente en el Capítulo 25 del Evangelio según San Mateo, sobre el cual cimentó su Regla, en el que el Jesús se identifica con los más pobres y necesitados y halló en la Santa Faz del Señor la imagen más representativa de la humanidad sufriente que él quería remediar y a lo que se sentía llamado por vocación divina.

No es de extrañar, pues que, el Sumo Pontífice Inocencio III amigo personal de Guido y gran conocedor de su espíritu consolidara esta devoción vital en la Orden , instituyendo una magna procesión con el Divino Rostro que, partiendo del Vaticano hacía estación y finalizaba en el Hospital del Espíritu Santo. La Orden ha mantenido esta especial devoción, como puede verse en su Ritual de preces, a la que dedica días señalados.

 

Consagración a la Santa Faz