La Gracia del Espíritu Santo ilumine nuestra mente y

nuestro corazón.

Mis queridos hermanos en el Señor.

Bienvenidos a esta ventana por la que habéis decido entrar en nuestro monasterio, ósea… a nuestras vidas.

Ante todo quiero presentarme, soy Madre Candelaria. Entré al monasterio con 19 años y soy natural de El Puerto de Santa María. Llevo consagrada al Señor 50 años y me siento feliz por haber sido llamada a esta Orden del Sancti Spiritus para servir al Señor todos los días de mi vida con su gracia.

Soy la Abadesa de esta comunidad, por deseo de mis hermanas. La formamos 5 españolas, 6 africanas, 6 mexicanas y 1 colombiana por las que doy gracias a Dios constantemente, al ver en ellas el maravilloso “Don” que Dios me regala.

Nuestra vida está orientada para promover la gloria de la Santísima Trinidad, la santificación de las almas y la extensión del Reino de Dios en el mundo; y aunque este carisma es vivido en el interior del alma sabemos que debe reflejarse externamente en nuestra vida comunitaria.

Para subsistir nos dedicamos a elaborar dulces artesanos, a bordar y hacer formas, sin olvidar nunca algo muy peculiar en nuestra Orden, y es trabajar por nuestros hermanos más necesitados a los que atendemos en el torno, los cuales no siempre buscan comida para el cuerpo, sino una palabra para el alma; en ellos siempre vemos como bien decía nuestro Padre fundador Guido de Montpellier, el rostro doliente de Cristo.

Si visitáis nuestras ventanas podéis descubrir el tiempo que llevamos en la Iglesia y la labor que nos ocupa.

Quiero antes de despedirme, invitar y animar a las jóvenes que quieran conocernos a venirse un tiempo de convivencia con nosotras, para así poder descubrir que hay otra manera de vida a la que se puede estar llamada y solo se puede descubrir cuando se tiene el corazón abierto a la llamada de Cristo. Si queréis podéis poneros en contacto con la hermana que lleva el vocacional, ella os podrá ir orientando.

Ya nada más despedirme de vosotros y deciros que todos estáis diariamente en nuestras oraciones, porque a esto hemos sido llamadas, que el Santo Espíritu os colme de aquellos dones que más necesitéis, vuestra hermana en Cristo.

 

Madre Candelaria Mejías Negreira.

 Abadesa de la comunidad.