Somos una Comunidad de Vida Contemplativa, tenemos una especial Consagración al Espíritu Santo, ofrecemos nuestra vida por las Almas mas necesitadas del influjo y gracia del Divino Espíritu, en continua oración transformada en Alabanza y con la gracia de Dios queremos ser dóciles a sus inspiraciones, es decir dejándonos guiar por El, como lo hizo nuestro Padre Fundador el Beato Guido de Montpellier, además de la gracia tan especial que recibió nuestro Padre Fundador de ver en los necesitados el Rostro de Cristo  Crucificado y doliente, nosotras como Hijas suyas desde nuestro torno, damos alimento corporal y en muchas ocasiones espiritual a todas aquellas personas que llaman con necesidad a nuestra puerta.